La alergia es una sensibilidad especial que provoca que algunas personas respondan de forma exagerada a elementos externos. Podríamos decir que la alergia es una reacción de defensa exagerada del organismo en contra de diversas sustancias externas a él y con las que entra en contacto ya sea por inhalación, ingestión, inyección o contacto con la piel. Los principales causantes de alergia son el polen, los ácaros del polvo, epitelios de animales, hongos microscópicos así como determinados medicamentos y alimentos.
Las alergias afectan en torno a un 30% de la población y van en aumento. La razón es que como el sistema inmunológico ya casi no tiene que defenderse de parásitos, "se aburre" y considera extrañas cosas cotidianas como por ejemplo el polen. Cuando estos elementos (llamados alergenos) se ponen en contacto con las vías respiratorias, producen una reacción anormal que libera unas sustancias, en especial histamina, responsables de la aparición de los síntomas.
En la mucosa nasal, se desencadena la Rinitis (estornudos, picor de nariz y secreción, congestión nasal). A nivel ocular, aparece la Conjuntivitis (enrojecimiento, lagrimeo y picor ocular). A niveles inferiores, en los bronquios, la reacción alérgica provoca Asma (dificultad respiratoria, tos y/o ruidos en el pecho, conocidos como "pitos").
Existe una predisposición genética de "hacerse alérgico" lo que, sumado a una favorable exposición ambiental, dará lugar, con mucha probabilidad, a la enfermedad alérgica. Si uno de los padres es alérgico, el hijo tiene cerca del 40% de probabilidades de serlo también. Si los dos padres presentan esta enfermedad la cifra se eleva hasta casi el 70%.
Los síntomas de la rinitis alérgica se confunden frecuentemente con los de un resfriado. A veces es difícil diferenciar estas afecciones, y lo que pensamos que es un resfriado común puede ser en realidad una alergia. En éstas quizá las características diferenciales más importantes son el picor nasal y la mucosidad acuosa, junto con los estornudos en salva y la afectación de los ojos. En el resfriado los mocos son más espesos y se produce un menor número de estornudos. La fiebre suele acompañar al resfriado común.
Los pólenes que provocan más sintomatología alérgica en la provincia de Granada son los de olivo y gramíneas, entre los meses de Abril y Junio y el ciprés en Enero-Febrero. La cantidad de polen depende de las condiciones climáticas. Las concentraciones atmosféricas de pólenes aumentan con el incremento de temperatura (días secos y soleados) y disminuyen con la lluvia o frío.
En general, a lo largo del día las mayores concentraciones suelen aparecer por la mañana (emisión de pólenes por las plantas) y al atardecer (pues al enfriarse el aire, los pólenes tienden a bajar desde las capas más altas de la atmósfera hacia el nivel del suelo). Los pacientes deben por tanto evitar los paseos por la tarde (cuando refresca) y mantener las ventanas cerradas, incluidas la de los edificios más altos (el polen baja desde arriba).
Para un adecuado tratamiento es preciso realizar inicialmente un correcto diagnóstico por parte del médico especialista: el alergólogo. En la lucha contra las alergias respiratorias se consideran tres armas fundamentales: las medidas preventivas, el tratamiento con fármacos y las vacunas.
El tratamiento con fármacos se basa en aliviar los síntomas cuando éstos aparecen. Se trata de pastillas, gotas nasales y colirios para tratar la rinoconjuntivitis. El asma se trata con inhaladores, broncodilatadores y antiinflamatorios. Las vacunas son el tratamiento más específico porque actúan de forma directa sobre la causa de la enfermedad. y se recomiendan en los pacientes que tienen síntomas frecuentes o importantes a pesar de seguir unas correctas medidas de prevención ambiental.
El efecto beneficioso de la vacuna se consigue administrando un extracto similar a la sustancia que provoca la alergia (en este caso, polen), de forma repetida y en pequeñas dosis que se van incrementando, hasta alcanzar la dosis de mantenimiento. La administración de la vacuna produce una serie de cambios en el sistema inmunológico, que consiguen frenar los síntomas de la alergia.
La terapia con vacunas tiene además otro objetivo muy importante: evitar la aparición de asma, ya que los pacientes con rinitis alérgica tienen mayor riesgo de presentar este problema. Entre un 20 y un 40% de los pacientes diagnosticados de rinitis alérgica desarrollan asma bronquial, de ahí la importancia de acudir al especialista ante los primeros síntomas para un buen diagnóstico y un buen tratamiento.
Usar humidificadores y acondicionadores de aire con filtro anti-polen. En los viajes en coche no tener las ventanas abiertas. Mantener las ventanas cerradas a primera hora de la mañana y al atardecer (el período de mayor polinización). Ducharse y cambiarse de ropa al volver a casa (el polen puede haberse depositado sobre el pelo y la ropa). Ir de vacaciones a sitios y en estaciones donde haya baja concentración de polen. Evitar los factores irritantes como el humo, el polvo, los spray o los insecticidas.
Asociación "Aire Libre" Granada